María José Calleja

Tarragona, 1970

BIOGRAFÍA

El arte ha estado presente durante toda mi vida como una semilla. La cuidé desde niña a través del dibujo. Unos años más tarde, cuando profundicé en su aprendizaje, el dibujo empezó a mostrarme que era posible percibir el mundo de una manera diferente: una manera inclusiva y totalizadora. Mi contacto con el arte quedó latente largo tiempo esperando su momento, y mi búsqueda se centró en esa otra mirada, en ese otro modo de Ser. No fue hasta mis cuarenta años, cuando decidí estudiar Bellas Artes, que esa semilla encontró el Tiempo de crecer. Y esa otra manera de ver y de Ser, que había buscado intensamente, encontró de nuevo en el arte la manera de manifestarse, ahora de una manera mucho más profunda.    

El arte me mostró como unificar y dar lugar a todas las partes de mí misma alrededor de la creación artística. Me mostró cómo ir más allá de lo que conscientemente conozco de mi misma en busca de imágenes a las que dar un cuerpo que las manifieste.

Quizás me enamoró la escultura por mi formación como arquitecto técnico con su facilidad para construir en tres  dimensiones. O quizás también, porque vivo el arte como un lenguaje que hablo a través de la Materia, con la intención de que acoja y muestre profundidad, simplicidad y belleza.

María José Calleja biografía

MI OBRA

Entiendo el arte como un diálogo conmigo misma: diferentes partes y distintos niveles del artista se ponen en juego a través de la creación artística. Para mí, eso lo convierte en una forma de conocimiento, y de reconocimiento, del propio Ser. Utilizo la escultura y la fotografía como medios. La escultura me permite tocar y transformar la materia, en el proceso de crear un cuerpo para ideas e imágenes interiores. Un cuerpo que las traduce a un lenguaje tridimensional que acepta bien, y se regocija incluso, en todo tipo de paradojas. La fotografía en su forma de collage digital es un divertimento del hemisferio derecho que ama unir y crear, a partir de varias, una única imagen que habla otro lenguaje visual. Utilizo la belleza como guía. Conseguir su presencia me pone en contacto y me une a lo mejor de mí misma.
Utilizo la imaginación creadora como puerta en ambos sentidos entre lo sensible y lo inteligible. El mundo de la imaginación media entre la idealización extrema y las formas de la vida. Eso me permite crear formas simbólicas que me evocan subjetivamente lo que la obra busca transmitir. Utilizo el simbolismo como hilo que permite unir múltiples significados. La hermenéutica simbólica, con la que acompaño mis obras, me permite abordar la pieza desde distintos niveles de conciencia. En muchas ocasiones eso determina aspectos de la pieza durante su creación, y una vez acabada, la enriquece a nivel interno en una redondez de significados. El arte materializa así el juego revelador entre la materia, las manos, el pensamiento y la intuición.